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La fuerza del rayo
Son más rápidos que una bala, seis veces más calientes que la superficie del sol, pueden convertir la arena en vidrio en menos de una fracción de segundo. Los rayos alcanzan nuestro planeta hasta ocho millones de veces por día. Es uno de los fenómenos naturales más observados y al mismo tiempo, uno de los más misteriosos. 
Para develar sus secretos, el siguiente documental sigue un rayo en su increíble viaje desde el espacio hasta el interior del cuerpo humano. Os invito a viajar a Darwin, Australia, una ciudad que sufre algunas de las tormentas eléctricas más violentas de la Tierra y entrar en el corazón de una monstruosa tormenta para observar las misteriosas fuerzas que desencadena un rayo. Investigaciones y experimentos novedosos revelan que el rayo es uno de los fenómenos naturales más destructivos e importantes de la Tierra. Son el elemento esencial que ha contribuido al surgimiento de la vida en la tierra.
En sus orígenes, la tierra estaba formada por amonio, hidrógeno, metano y vapor de agua. La incidencia de las tormentas sobre este ambiente primigenio formó aminoácidos, los componentes de las proteínas.
Son más rápidos que una bala, seis veces más calientes que la superficie del sol, pueden convertir la arena en vidrio en menos de una fracción de segundo. Los rayos alcanzan nuestro planeta hasta ocho millones de veces por día. Es uno de los fenómenos naturales más observados y al mismo tiempo, uno de los más misteriosos. 
Para develar sus secretos, el siguiente documental sigue un rayo en su increíble viaje desde el espacio hasta el interior del cuerpo humano. Os invito a viajar a Darwin, Australia, una ciudad que sufre algunas de las tormentas eléctricas más violentas de la Tierra y entrar en el corazón de una monstruosa tormenta para observar las misteriosas fuerzas que desencadena un rayo. Investigaciones y experimentos novedosos revelan que el rayo es uno de los fenómenos naturales más destructivos e importantes de la Tierra. Son el elemento esencial que ha contribuido al surgimiento de la vida en la tierra.
En sus orígenes, la tierra estaba formada por amonio, hidrógeno, metano y vapor de agua. La incidencia de las tormentas sobre este ambiente primigenio formó aminoácidos, los componentes de las proteínas.
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